Latinoamérica
La nueva forma de ver televisión se instala cada vez con más fuerza
Corría febrero de 2007 cuando Bill Gates, por entonces presidente de Microsoft, lanzaba una profecía: “la manera actual de ver televisión morirá en cinco años. Pasaremos a algo que vendría a ser la televisión 2.0, la televisión por internet”.
El tiempo pasó y si bien la predicción fue tornándose en una suerte de vaticinio sin futuro, por los recientes anuncios que lanzan programadores de televisión; la envergadura que cobran las empresas de tiendas de contenidos online y las estadísticas que empiezan a revelar la existencia de consumidores que no necesariamente se aferran al entretenimiento televisivo lineal, hacen palpable que aquella frase de Gates se vuelve una realidad.
Está claro que la televisión lineal es el eje del consumo de entretenimiento en el hogar; pero ha dejado de ser el único.
En la medida que se indaga entre los consumidores más jóvenes la fragmentación en la utilización de dispositivos diversos es cada vez mayor.
La expansión de internet y la disponibilidad de dispositivos inteligentes con capacidad para reproducir videos con calidad más que aceptable, hace que hoy el enfoque de los programadores sea conquistar o llegar a los usuarios a través de múltiples pantallas.
El anuncio reciente de HBO sobre el lanzamiento de una plataforma online con paquetes y contenidos independientes de su propuesta para televisión Premium, quiebra lo que hasta aquí había sido un caballito de la TV paga: los servicios de TV everywhere eran una herramienta para neutralizar el avance de los OTT online.
No se puede dimensionar en cuanto puede afectar esto a la TV paga en el tiempo, pero lo cierto es que puede confirmar un concepto que desde hace rato se baraja pero no se cristalizaba: los usuarios ya no quieren más canales sino más contenidos disponibles para verlos cuando se les antoja.
Las nuevas tecnologías obligan a los programadores a transformar sus ofertas para ya no sólo mantener el lugar que tienen bien ganado en la televisión sino que también deben afanarse para ganar una posición en un nuevo modelo de negocio dinámico y cambiante, como las nuevas plataformas.
Algunos datos son significativos: Netflix anuncia que lanzará a la brevedad contenidos 4K on demand en su plataforma online cuando aún la expansión total del HD como estándar de televisión no se ha completado; operadores nativos de internet, como Yahoo!, trabajan en la construcción de un catálogo de televisión a la carta; Sony produce la serie Powers para ser distribuida a través de PlayStation; se dice que DirecTV está trabajando en la preparación de un servicio OTT online propio.
Recientemente Emilio Azcárraga, líder del Grupo Televisa, expresó que es prioritario para los programadores penetrar en las nuevas plataformas como computadoras, tables o smartphones, pero “sin olvidar que la producción de contenido no puede ser igual para todas ellas”.
Temeraria acaso, la profecía de Gates no contempla la realidad actual: el televisor sigue siendo el principal aparato que se utiliza para ver televisión; le siguen a bastante distancia los ordenadores personales, las tablets y los smartphones. El 76% de los consumidores ven televisión en televisores; el 9% en ordenadores personales; el 7% en laptops; el 4% en móviles.
Claro que se advierte que el consumo de video en esos dispositivos gana terreno: el 75% de los usuarios ven contenidos en ellos; además del televisor. Los analistas expresan que esta tendencia puede aumentar en la medida que crezca la presencia de los Smart TV en los hogares.
El promedio que los usuarios pasan frente al televisor es de casi tres horas. Pero también se registra un incremento en el uso de tablets, smartphones y ordenadores para reproducir video, que se estima en 55 minutos diarios.
Hay referencias del consumo de video en Latinoamérica que son seguidos con atención: en la Argentina hay 650 mil usuarios que consumen contenidos de TV por internet sin tener suscripción a servicios de TV paga; en México se estima que hay 3 millones de suscriptores a servicios OTT online; sumando estos, se estima que en la región pueden llegar a casi 5 millones.
El fenómeno define que hay una explosión en el consumo de video y que los programadores han aceptado el cambio y por lo tanto, conciben los contenidos para la multiplicidad de pantalla o crearán múltiples formatos para insertarlos en cada una de ellas.
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20 de octubre de 2014