Anatel acompañó una prueba de la tecnología Direct-to-Device realizada por la empresa Viasat. Durante la demostración, los teléfonos celulares se comunicaron directamente vía satélite, en una frecuencia conocida como banda L, siguiendo los estándares globales de la industria. El uso del llamado D2D es importante no sólo para la comunicación en zonas remotas, sino también para las aplicaciones de Internet de las cosas (IoT).

Por ahora, la tecnología permite enviar mensajes entre teléfonos celulares a través de un satélite geoestacionario ubicado a 36 mil kilómetros sobre la superficie de la Tierra. También permite la transmisión de datos desde dispositivos como sensores utilizados en campo, en zonas mineras o en el transporte de carga en zonas no cubiertas por el servicio móvil personal terrestre. Se espera que pronto se desarrollen soluciones para ampliar la capacidad de transporte de datos, incluida la posibilidad de realizar llamadas de voz.

El presidente de Anatel, Carlos Baigorri, participó de las pruebas y recibió en su teléfono inteligente un mensaje enviado desde un dispositivo que utilizó el satélite para enviarlo. “Anatel ha dado todo su apoyo, en Brasil e internacionalmente, al desarrollo de esta tecnología, precisamente porque entiende que tiene un gran potencial para nuestra población”, afirmó.

Según él, el D2D no surgió para sustituir al servicio móvil personal terrestre, sino para complementarlo, ofreciendo conectividad suplementaria en zonas remotas. “La capacidad instalada en redes terrestres difícilmente será superada por los sistemas satelitales. Y estos casos de uso y condiciones de acceso son muy diferentes”, afirmó.

El presidente de Anatel estuvo acompañado por el consejero suplente Vinicius Caram y el superintendente ejecutivo, Gustavo Santana Borges, además de la jefa de la Asesoría de Relaciones Institucionales, Dagma Caixeta.

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