Oi, una de las mayores operadoras de telefonía fija de Brasil, solicitó por segunda vez en su historia, un concurso de acreedores para ampararse dentro de los alcances de la ley de quiebras, con el propósito de evitar su bancarrota.
La petición de Oi y sus subsidiarias Portugal Telecom International Finance y Oi Brasil Holdins Cooperatief es una “tutela de urgencia cautelar” para suspender algunos pagos y de obtenerla, continuar negociaciones con sus acreedores.
En su argumentación Oi sostiene que "a pesar del éxito incuestionable de la primera reorganización judicial", su situación financiera debido a varios factores impredecibles e incontrolables se ha endurecido y ha hecho imprescindible recurrir nuevamente a la protección judicial”.
Oi en 2016 se acogió a su primera recuperación judicial.
En la actualidad la deuda de Oi llega a US$ 5.800 millones, de los cuales US$ 600 millones, tienen vencimiento el próximo domingo 5 de febrero.
De este último monto, US$ 82 millones son intereses a pagar a los tenedores de bonos; su incumplimiento derivaría en el vencimiento de casi toda la deuda.
En el 2020 Oi vendió sus activos de telefonía móvil por US$ 3.173 millones; en aquel momento renegoció las deudas con sus acreedores y ahora renueva su intención de extender los plazos de sus compromisos.
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03.02.23 18:33
