Tras registrar una pérdida de 875 mil suscriptores en el tercer trimestre, la TV paga en Estados Unidos acumula una caída de 2,5 millones de clientes en lo que va del año. La mayor parte de esa merma se advierte en los primeros diez operadores que ofrecen el servicio.
Con estos guarismos, la TV paga en la actualidad tiene 97,5 millones de hogares como clientes, de los cuales 51,8 millones adhieren a TV paga por cable, 35,3 millones a DTH y 9,7 a través de una telco.
Si bien la caída es de un 2,3% y la magnitud del mercado hoy sigue siendo robusta, se advierte una tendencia creciente y firme de lo que llama coloquialmente, cord cutting.
Para los analistas e incluso los ejecutivos de los operadores, la cuestión no pasa por sucesos desfavorables como lo fueron los huracanes que afectaron a regiones de Estados Unidos.
Toman como referencia lo que ocurrió en 2016, cuando la caída fue de 1 millón de suscriptores. Para ellos la tendencia se profundizó más allá de las frías estadísticas y comienza a expandirse una cultura que cambia lo que nutrió hasta el presente al negocio de TV paga.
Paralelamente los SVOD siguen ganando terreno y según las mismas fuentes sostienen que ganaron un 6% en el 2017 llegando a una penetración del 59%.
Las acciones que llevan adelante los grandes operadores hasta el momento se remitieron al lanzamiento de paquetes de TV paga streaming, que en lo que va del año llegaron a 900 mil nuevos clientes y que estarían en el orden de los 3 millones de suscriptores desde su lanzamiento.
Los analistas sin embargo no ven con tan buenos ojos esta expansión y sobre todo a los efectos económicos que promueve, ya que los márgenes de rentabilidad que generan son sensiblemente más bajos que los que deja la TV paga tradicional.
Ahora, los operadores comienzan a encarar el tema con acciones más firmes: AT&T anunció que hará un recorte en los precios de los abonos de hasta un 30%. En principio se escucha que los otros grandes operadores también imitarían ese accionar en breve.
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