Telefónica y Claro (filial de América Móvil), declararon sus cuestionamientos al decreto del poder ejecutivo argentino, que fijo las condiciones para la convergencia de los servicios de telecomunicaciones.
Ambas telefónicas, que son los conglomerados más fuerte de Latinoamérica, expresaron que analizan la posibilidad de acudir a la justicia para reclamar por la normativa.
El principal cuestionamiento se enfoca en la reasignación de espectro para 4G que decidió el regulador, para las frecuencias que adquirió el Grupo Cablevisión (Grupo Clarín) y que no estaban destinadas para ese uso.
El importe que pagó el operador fue de US$ 150 millones y con ellos planea avanzar con el despliegue de la red de 4G de Nextel.
Las dos telefónicas coinciden en que el valor de ese espectro es muy inferior al que ellos tuvieron que pagar cuando adquirieron bandas para ese servicio: US$ 1.500 millones y debieron pujar en una subasta.
Esta fue una compra directa y de empresas que controlaban ese espectro para otros fines.
También ambas telcos arremeten contra la disposición que sostiene que podrán dar TV paga en algunas ciudades (Buenos Aires, Rosario, Tucuman) por ejemplo, a partir de 2018.
Telefónica claramente estará en condiciones de avanzar con el despliegue de TV paga a través de su red fija; Claro es en esencia un operador móvil si bien cuenta con despliegue de redes fija.
Aquí hay una de las claves que se definirá en el futuro: Claro para ingresar al segmento de TV paga tratará de comprar a operadores de envergadura (se menciona a Telecentro y Supercanal).
Otro de los elementos que entrará a jugar en un futuro no lejano, es la posible fusión de Grupo Cablevisión y Telecom (Fintech es socio mayoritario en la telco y controla un 40% de Cablevisión). Si esto se produce, el peso del nuevo jugador cambiará el mercado de telecomunicaciones de la Argentina.
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