Armando Pérez, interventor designado por la FIFA para la Asociación del Fútbol Argentina, declaró que “a partir de enero se termina el fútbol para todos y la transmisión por televisión de los partidos del fútbol argentino pasará a manos de una empresa privada”.
A la vez Pérez también ratificó que el proceso para designar a la empresa de televisión que tomará esos derechos será a por medio de una licitación internacional.
El proceso en sí está abierto a expectativas diversas: primero al haber sido anunciada para mediados de este año con la creación de un certamen bautizado Superliga algo que finalmente no se concretó; la exigencia que plantea el gobierno nacional de mantener su emisión gratuita hasta el 2019 momento en el que se extingue el contrato que tiene firmado el Poder Ejecutivo con la AFA; la extensión del contrato a licitar que puede variar de tres a quince años según expresan quienes trabajan en la elaboración de la subasta.
Estos detalles pueden ser clave para la cifra que podrían hacer los oferentes que según las expectativas de los dirigentes de fútbol, debería estar por encima de los US$ 300 millones.
Sin embargo hasta el momento en forma extraoficial la oferta más fuerte estaría por debajo de los US$ 200 millones por año.
Por los derechos que comenzará esta temporada, el gobierno argentino pagará US$ 124 millones o su parte proporcional en caso de que se cumpla con lo dicho, el fin del contrato a comienzos del año próximo.
Otro detalle sobre el que los programadores interesados han expresado preocupación es que certeza jurídica tendrán sobre la mantención de esos derechos en el tiempo, independiente de la evolución en la conducción política del país.
En principio en la Asociación del Fútbol Argentino se trabaja en un plan que incluye los derechos del certamen de fútbol anual; los derechos de la Copa Argentina y los de la selección argentina, además de la creación de un canal propio.
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