Alejandro Romay, uno de los personajes más relevantes de la historia de la televisión en la Argentina falleció a los 88 años.
Alejandro Argentino Saul (su verdadero nombre) había nacido en la provincia de Tucumán el 20 de enero de 1927 y comenzó su carrera como locutor cuando era un adolescente y al cabo de cinco años fue designado director de LV12 Radio Aconquija.
Al cumplir 20 años se trasladó a Buenos Aires y rápidamente comenzó a su carrera como empresario de medios de comunicación.
El 1963 fue designado director general de Canal 9 y se convirtió en el socio mayoritario de la emisora y allí empezó a desarrollar la actividad que lo llevaría a ser consagrado popularmente, como el Zar de la Televisión.
Esta sería su primera participación en Canal 9 que se interrumpiría dentro de los vaivenes políticos de la Argentina. En 1974, el gobierno de María Estela Martínez viuda de Perón intervino los canales de televisión abierta. Romay fue sacado del canal a punta de pistola.
Ya por entonces también era empresario teatral y un año antes también había vivido una situación propia de la historia de aquellos tiempos. Era dueño del teatro El Nacional que fue destruido por la explosión de una bomba cuando se estaba por estrenar Jesucristo Superstar.
Tuvo que emigrar de la Argentina y regresaría con el retorno de la democracia al país. En mayo de 1984, a través de Telearte, consigue la licencia de Canal 9, y lo rebautiza como Canal 9 Libertad. Desde ese momento, la señal vive su época dorada y el Zar de la televisión brilla en todo su esplendor.
Lidera ampliamente la audiencia y además, Romay adquirió la frecuencia de radio Belgrano y la rebautizó Radio Libertad y creó FM Feeling.
Muchas de sus creaciones y de los programas que emitió por el canal pasaron a ser íconos de la historia de la televisión argentina: Alta comedia, Titanes en el ring, El hombre que volvió la muerta, Hola Susana, Almorzando con Mirtha Legrand, A la cama con Moria, Feliz domingo, Música en Libertad, Grandes valores del tango, entre otros, marcaron un espacio inolvidable en la pantalla chica. También las novelas, protagonizadas por estrellas de espectáculo argentino dejaron su huella: La extraña dama, El precio del poder, Amo y Señor, Mujercitas, Ricos y Famosos.
Ya en la década de los años 90 se mantuvo en la competencia con nuevos grupos de televisión (Telefé y Canal 13, pasaron a dominar la audiencia), aunque se mantuvo como uno de los empresarios que encararon la expansión de la televisión paga, con un sistema que se llamó Buenos Aires Cable, que después se fusionó con Multicanal.
Casi al filo de la llegada del nuevo siglo Romay, ampliamente reconocido por su capacidad para innovar en televisión, para crear y encontrar aquello que captaba el sentir popular, decidió salirse de la industria de medios. Dicho está vendió su operación de cable; Canal 9 a Prime Media, un grupo australiano y las radios que controlaba a un grupo mexicano.
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