Internacional
Derechos de TV del fútbol en el ojo de la tormenta del FIFA-Gate

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“La pelota no se mancha”

Diego Armando Maradona,

10 de noviembre 2001

 

La investigación que lleva adelante el gobierno de Estados Unidos por la que se acusa por soborno, coimas, lavado de dinero y tráfico de influencias, a altos ejecutivos de la Federación Internacional de Fútbol Asociado, puso el foco sobre las prácticas que este organismo multinacional utiliza para la comercialización de los derechos de televisión y la elección de las sedes de los eventos que organiza.

Los dirigentes acusados de recibir sobornos o coimas y que fueron detenidos están ligados a las federaciones americanas Concacaf y Conmebol. Además, la investigación vinculó a la causa a tres empresarios argentinos que manejan los derechos de televisión de esos eventos en Latinoamérica.

El presidente recientemente reelecto de la FIFA, Joseph Blatter, expresó estar ajeno a esta corrupción (“No se puede controlar a todos”) y que sólo se trata de episodios aislados.

Sin embargo el manto de sospecha sobre los mecanismos ocultos sobre la forma cómo se elige, sean las sedes de los torneos mundiales como de los eventos regionales que se realizan bajo el control de la FIFA y las confederaciones asociadas es demasiado grande como para salvar la situación con una simple declaración.

La FIFA es un organismo que organiza eventos deportivos de fútbol y comercializa derechos tanto para publicidad y patrocinio de los eventos como su televisación.

Esas fuentes le promovieron ingresos en la última Copa del Mundo realizada en Brasil, por ejemplo, que fueron valuados en US$ 4.200 millones. De ellos, US$ 2.430 millones se originaron por derechos de televisación.

Acaso paradoja pura: el cuarto mercado que más dinero pagó por esos derechos fue Estados Unidos, justamente donde el fútbol está lejos de ser una pasión de multitudes y quien promovió la investigación en curso.

Esa investigación se enfoca en la realización de las próximas cuatro ediciones de la Copa América, por las cuales una empresa, Datisa prometió el pago de US$ 352,5 millones por los derechos de televisación. La acusación es que US$ 150 millones, fueron destinados o se destinarían al pago de sobornos para distintos dirigentes de las Asociaciones de fútbol de la región.

Los derechos mundiales en exclusiva para la televisación de los torneos mencionados, son tutelados por Datisa, empresa radicada en Uruguay y que está conformada en partes iguales por Torneos y Competencia, Full Play y Traffic. Esta última era la empresa que controlaba esos derechos hasta el 2010 pero a partir de 2011 pasaron ser controlados por Full Play.

Ante esta situación, Traffic emprendió una demanda judicial contra Conmebol y Full Play, entre otros, en un juzgado de Miami, argumentando que se violaron sus derechos adquiridos sobre las Copas Américas a realizar.

Tras una serie de negociaciones, Traffic depuso sus demandas tras aceptar entre otras cosas, crear una nueva empresa, Datisa, que sería la que explotaría los derechos de los cuatro torneos Copa América que se jugarían entre el 2015 y 2023, incluido la Copa Centenario que se prevé jugar en Estados Unidos el año próximo.

En medio, José Hawila, presidente de Traffic, fue investigado y acusado por extorsión, fraude electrónico, lavado de dinero y obstrucción a la justicia, cargos que admitió.

Además de aceptar el pago de una multa de US$ 151 millones en principio, dio su colaboración para ayudar a la investigación de fraudes y sobornos en la FIFA.

También Darryl Warner, ex oficial de la FIFA; Daryan Warner y Charles Blazer, ex secretario general de la Concacaf, se declararon culpables por cargos similares, aceptaron el pago multas millonarias y ayudaron a la investigación del gobierno de Estados Unidos.

Hasta aquí el resumen de lo que es la investigación y acusación del gobierno estadounidense en lo que se refiere a derechos de TV, a los que se suman coimas o sobornos para que los dirigentes de las asociaciones voten a favor de una sede de torneo mundial o regional.

Ahora bien ¿qué pasará?
Los acusados deberán enfrentar a la justicia en Estados Unidos y se verá si son culpables o no. Los investigadores advierten que no serán los únicos, que habrá más.
La FIFA ya expresó que colaborará con esta investigación para definir el tema. Según los conocedores esto es, entregar toda información que se le requiera y a la vez, asumir multas o cargos que pudieran adjudicársele, aunque hasta el momento no está directamente involucrada.

Los torneos se jugarán y los derechos se respetarán. En principio la investigación no afectará la realización, por ejemplo de la Copa América 2015 de Chile y no se afectarán los derechos televisivos contratados.

FIFA apunta a que la investigación vaya rápidamente hacia los involucrados y deje limpia su imagen institucional. En juego está la inversión que realizan sus sponsors asociados, auspiciantes y sponsors nacionales, que aportaron en los últimos cuatro años US$ 1.650 millones. Hasta el momento, después de la denuncia, sólo Visa valoró la posibilidad de quitar su auspicio en FIFA.

Para muchos expertos de marketing, es impensado que las grandes empresas que invierten en publicidad en el fútbol dejen de hacerlo. Algunos dicen que es imposible. Sin embargo, ya hay empresas como Sony, Emirates, Continental, Johnson&Johnson y Castrol, que descartaron seguir junto a la FIFA.

También está en juego la explotación de los derechos exclusivos de la televisión de la próxima Copa del Mundo FIFA 2018 a jugarse en Rusia. Se prevé que para ese evento la recaudación por este concepto, supere los US$ 3.000 millones.

Genial como ninguno dentro de una cancha de fútbol, Diego Armando Maradona el día que se retiró definitivamente de la práctica activa de este deporte, dijo “la pelota no se mancha”. Ese pincelazo verbal de Diego, cobra vida otra vez en esta ocasión, cuando más allá de lo que pase con la investigación en marcha, habrá fútbol, habrá televisación y habrá auspicios.


© iPuntoTV 2015


Volver


Gracias por informarse en


31-May-2015