Joe Black, el personaje que interpretó Brad Pitt en la película ¿Conoces a Joe Black?, dejo caer una sentencia durante una de sus presentaciones en sociedad: “de la muerte y de los impuestos nadie se salva”.
Algo así les podría caber a los operadores OTT que expanden sus servicios por la región y que comienzan a ser seguidos por los reguladores de telecomunicaciones y también, por los entes recaudadores impositivos de los países donde actúan. No podrían salvarse de las regulaciones y los impuestos.
Por un lado, en Colombia, Brasil y la Argentina (el nuevo organismo AFTIC), los entes reguladores han comenzado procesos de evaluación del comportamiento y desenvolvimiento de los actores en el creciente mercado de distribución de video online.
La primera evaluación que hacen es que en la mayoría de los casos, las empresas que ofrecen contenidos pago no tienen presencia en sus territorios por lo que permanecen en una situación ajena a las normativas que rigen en cada uno de ellos.
La intención, en principio, es evaluar cómo este comportamiento puede afectar las reglas de competencia en cada país: contemplan la situación de un operador nacional debe ajustarse a exigencias y tiene derechos bajo normativas regulatorias algo que no afecta a los operadores OTT.
Algo similar sucede en el plano impositivo. Atentos a lo sucedido en Europa donde el regulador impuso condiciones para que Amazon prosiga entregando sus productos vía online, siempre y cuando abra oficinas en los países miembros de la comunidad y comience a tributar en ellos.
La situación está siendo evaluada por los entes de varios países que tratan de formular una presentación sobre esta situación.
En la Argentina, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires aplicó a la venta de contenidos online un impuesto del 3% (por concepto de ingresos brutos) que es el equivalente al que tienen que pagar los sitios de internet locales.
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